
Llegué, lentamente, caminando, sin prisas... Había mucho verano por delante para disfrutar. Estaba en la playa de Rodiles, en Asturias. Apenas una pequeña playa en medio de la nada, que a esas fechas solía estar vacía. Me senté en la arena fina, cogí el cuaderno de la mochila y me puse a continuar la historia que estaba escribiendo. Atardecía ya cuando un chico, pelo negro, alto, delgado y ojos negros también se me acercó por detrás.
-Pareces muy concentrada en esa historia... ¿qué escribes?
-Es una especie de biografía, solo que la cuento como si fuese otra persona, completamente desconocida- Le expliqué a la vez que le sonreí-
-Suena interesante- se sentó a mi lado- ¿puedo?
-Claro que si -le ofrecí el cuaderno con una sonrisa dibujada en la cara-
Tardó un rato en leerlo, puesto que llevaba varios días escribiendo.
-¿Esta es tu vida?
-Brevemente explicada, pero si, se podría definir como eso.
-Debe de haber sido difícil...
-Bastante, aunque una se acostumbra...
Sonó a lo lejos un coche, el ruido se iba haciendo cada vez mayor...
-Me tengo que ir, lo siento- Se disculpó con una sonrisa amable,mostrando sus dientes perfectos mientras se levantaba.
-Espera-le cogí de la mano en un acto reflejo- No me has dicho tu nombre... -Me sentía tan tonta al oírme a mi misma...
Sonrió, otra vez con esa sonrisa que me encantaba.
-¿De verdad te crees que eso es lo importante de nuestra historia?- y dicho esto, desapareció dentro del coche.




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